Conscientes de que el cambio climático es una realidad, los Poderes Públicos a nivel nacional e internacional están diseñando diferentes estrategias para reducir la huella medioambiental. Uno de los objetivos que se busca conseguir a medio plazo es que las viviendas sean cada vez más eficientes desde el punto de vista energético, y para ello se ha creado el sistema de calificación energética.

¿Por qué es importante la calificación energética?

Si ha cobrado tanta importancia en los últimos años es porque nos permite saber cómo de eficiente a nivel energético es una vivienda, lo que facilita a los propietarios tomar decisiones sobre aislamiento, iluminación, compra de electrodomésticos, etc.

Suministros como la luz y el gas tienen un precio cada vez más elevado, así que tener una casa con una buena calificación energética no solo es bueno para el medio ambiente, también es bueno para los propietarios.

Cuanto más eficiente sea una casa, menos consumo energético necesitará hacer para que sus habitantes vivan de manera confortable.

 

El certificado energético

El certificado energético es el documento que acredita la calificación energética de una vivienda, que puede ir de la A (la modalidad más eficiente) a la G (la versión menos eficiente).

Debe ser expedido por un técnico especializado que se encarga de hacer una revisión de la vivienda para comprobar su eficiencia energética. Para ello tendrá en cuenta cuestiones como la calidad del aislamiento de la fachada, estado de las ventanas, antigüedad y rendimiento de la caldera, etc.

El documento no solo señala cuál es la calificación energética de la vivienda, sino que además aporta información sobre medidas que se podrían tomar para mejorarla.

 

¿Es obligatoria la calificación energética?

Obtener un certificado energético es absolutamente obligatorio desde 2013 cuando se va a vender una vivienda o se va a poner en el mercado de alquiler. De hecho, los anuncios de casas en venta o en alquiler deben incluir la calificación energética de las mismas.

El coste del certificado energético puede variar en función del especialista contratado y del tipo de vivienda de que se trate, pero no suele ser un precio elevado. Lo que sí puede llegar a salir muy caro es no contar con el certificado cuando se tiene la obligación de ello.

Las infracciones relacionadas con el certificado energético se califican en leves, graves y muy graves, e implican sanciones que pueden oscilar entre los 300 y los 6.000 euros. Teniendo en cuenta que obtener el certificado es sencillo, rápido y no demasiado caro, no compensa arriesgarse a ser sancionado.

Además, una vez que se tiene el certificado este tiene una validez de 10 años, salvo que el propietario decida renovarlo antes por haber hecho mejoras en la casa que supongan una mejor calificación energética.

 

Una ventaja añadida de la calificación energética

Quienes están pensando en vender o alquilar su casa pueden pensar que el trámite de obtener el certificado energético no es más que otra traba burocrática, pero también se pueden ver las cosas desde otra perspectiva.

Dado el elevado precio de la luz y el gas, que la vivienda a vender o alquilar tenga una calificación energética que sea lo mejor posible es un buen argumento para pedir una renta más alta por ella o para no negociar el precio a la baja si lo que se quiere es vender.

El argumento de lo mucho que se va a ahorrar el nuevo propietario o inquilino al tener una casa eficiente desde el punto de vista energético, puede jugar a favor de quien quiere vender o alquilar. Por tanto, no hay que desaprovechar esta oportunidad.