Pedir una hipoteca para comprar una casa es algo habitual, y todos sabemos más o menos cómo funcionan este tipo de préstamos. Sin embargo, a la hora de contratar un producto u otro, es normal que nos surjan dudas sobre si elegir una hipoteca a tipo fijo o escoger mejor una de tipo variable. Vamos a ver qué las diferencia, para que puedas elegir la modalidad que mejor se adapte a ti.

¿Qué es una hipoteca a tipo variable?

 

Todo préstamo hipotecario lleva aparejado el pago de unos intereses. En el caso de la hipoteca variable los intereses que tenemos que pagar se calculan en base a un índice de referencia (el más utilizado es el euríbor). Como ese índice va variando con el tiempo, lo que hacen los bancos es hacer revisiones periódicamente (generalmente cada seis meses).

 

El resultado es que la cuota mensual a pagar va cambiando a lo largo de la vida del préstamo y en un primer momento no podemos calcular exactamente cuál va a ser el coste de nuestra hipoteca, porque el índice de referencia puede subir o bajar.

Ventajas de la hipoteca a tipo variable

  • El tipo de interés suele ser más bajo que en las hipotecas a tipo fijo.

  • El plazo de amortización concedido por el banco suele ser más largo.

  • Es habitual que las comisiones aplicadas y las vinculaciones pedidas al cliente sean más bajas.

  • Si el índice de referencia baja, el cliente se beneficia de una rebaja en su cuota mensual.

Desventajas de la hipoteca variable

  • La inestabilidad de las cuotas dificulta la organización de la economía familiar.

  • Implica mucha negociación con el banco para conseguir un tipo de interés que sea interesante para el cliente.

  • Pasar más tiempo pagando una hipoteca supone, al final, pagar una mayor cantidad de intereses.

¿Qué es una hipoteca a tipo fijo?

 

Es justo lo contrario. En este caso al préstamo se le aplica un tipo de interés fijo durante toda la vida del mismo, sin hacerse ningún tipo de revisión. Así, el cliente puede calcular desde el primer momento cuánto acabará pagando por el dinero que le han prestado.

Ventajas de la hipoteca a tipo fijo

  • Permite organizar mejor la economía familiar, puesto que se sabe que la cuota será siempre la misma.

  • La cuota a pagar no depende de la evolución de ningún índice que pueda subir o bajar.

  • El aumento en la demanda de hipotecas fijas ha provocado que ahora los bancos ofrezcan mejores condiciones para este producto.

Desventajas de la hipoteca fija

  • Los intereses aplicados suelen ser más altos que en las hipotecas a tipo variable.

  • Los plazos de amortización son más cortos.

  • Para obtener un tipo de interés interesante el banco suele exigir mucha vinculación al cliente.

¿Cuál elegir, hipoteca a tipo variable o fijo?

 

Todo depende de las condiciones económicas de cada uno y de lo que más se valore. Hay personas que prefieren pagar un poco más al mes pero, a cambio, saber que su cuota será igual a lo largo de 10, 15 o 20 años. Mientras que hay quien prefiere escoger un tipo variable y poder beneficiarse de las bajadas de los tipos de interés a lo largo del tiempo.

 

Durante mucho tiempo los bancos en España ofertaban principalmente hipotecas a tipo variable, porque el euríbor estaba muy alto y esto les beneficiaba directamente. Pero desde que este índice de referencia comenzó a bajar en 2016, ha aumentado notablemente la oferta de hipotecas a tipo fijo, porque ahora son más rentables para los bancos.

 

A pesar de ello, la mayor parte de las hipotecas que se firman en España son a tipo variable, puesto que los consumidores confían en que el euríbor siga bajo durante algunos años, y más ahora que se ha producido una gran crisis a raíz de la pandemia de Covid-19.

 

A día de hoy una hipoteca a tipo variable puede salir más económica, pero hay que tener en cuenta que se trata de productos a muy largo plazo, por lo que las condiciones podrían cambiar y las cuotas empezar a subir. Por su parte, las hipotecas a tipo fijo nos garantizan siempre una misma cuota pase lo que pase.

 

Pero, en realidad, la decisión entre una modalidad u otra ya no es tan importante. Ahora tenemos las hipotecas mixtas, que funcionan como una hipoteca a tipo fijo durante unos años y luego como una hipoteca a tipo variable.

 

Además, con la entrada en vigor de la nueva Ley Hipotecaria el consumidor lo tiene mucho más fácil para irse de un banco a otro si le ofrecen mejores condiciones, e incluso puede pasar de hipoteca variable a fija y viceversa si lo considera conveniente para sus intereses. Por tanto, la contratación de un determinado producto no nos vincula durante años y años, podemos cambiar si queremos, aunque es importante tener en cuenta que esto suele tener unos costes asociados.